En crisis la sostenibilidad es la oportunidad.

El momento que vivimos está impactando al ser humano de manera integral. Tenemos constancia que ha afectado a la salud, las relaciones, el trabajo, el crecimiento, la diversión, la economía, los hábitos, y ha llevado al hombre a replantearse cómo será su vida en el futuro inmediato y en largo plazo. Por un lado, se ve abocado a tomar decisiones y crear oportunidades que le permitan sobrevivir y, por el otro, a planificar sus próximas acciones considerando que la certeza dejó de ser una posibilidad y debe afrontar el cambio permanente como su nueva realidad. 

Los líderes tomaron este tiempo para reflexionar y asumen su responsabilidad en esta coyuntura para repensar las prioridades y creencias que han venido apoyando desde lo personal y como sociedad. Los verdaderos líderes se han detenido para analizar qué esperan del mundo y qué espera el mundo de cada uno de nosotros. Es la hora en qué los líderes toman conciencia de los valores que practican, de los valores que declaran y si realmente esos los valores con los que viven.  Han entendido que llegó el tiempo de evaluar quienes somos en el trabajo, la familia, los amigos, la movilidad, la relación con el ambiente,  cómo consumimos, en qué gastamos, cómo nos entrenemos, cómo cuidamos nuestra salud, cómo ahorramos y  somos previsivos. 

Igual de importante es reconocer la manera de organizamos como sociedad y cuánto participamos para el bienestar, cuánto nos involucramos para fomentar y exigir transparencia, y sobretodo, cúal es nuestro aporte a ese bienestar. Hemos caído en cuenta que no somos seres individuales, evidenciamos  que una acción afectó a todos sin contemplar condiciones particulares tales como edad, género, nivel social, poder económico, religión, nacionalidad, tendencia política o nivel de conciencia. Todos estamos sobreviviendo. 

Para que valga la pena es aprendizaje es necesario unirnos en el distanciamiento. Juntarnos porque entendemos que si uno está mal, los demás estaremos mal también. Y eso ha dado luces para que la sostenibilidad sea el camino para sobrellevar estas circunstancias y apalancar una pronta recuperación. 

La sociedad tiene la mirada puesta en las acciones de aquellos líderes que no están a la espera de que algo bueno suceda, al contrario, son quienes construyen las oportunidades para que cosas buenas se manifiesten. Están en expansión de ideas, de acuerdos, de soluciones y evitan la contracción por miedo e incertidumbre. 

Desde este espacio contamos con los pioneros que integran a la CCQ y proponemos sumar esfuerzos, cada uno desde su trinchera, con objetivos en común para aprovechar los recursos, las relaciones  y todas nuestras  fortalezas para  crear espacios que generen desarrollo para el Ecuador y convertir estas circunstancias en la oportunidad para mejorar la sociedad en que vivimos y para las futuras generaciones.

Existen parámetros desarrollados por expertos que  consideran la realidad que enfrentamos y la responsabilidad que conlleva la actividad humana sobre el ambiente y el entorno económico y social. Entre los estándares más reconocidos se encontramos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible  ODS, indicadores que han sido agrupados en 17 Objetivos para orientar a las empresas, organizaciones y gobiernos en las acciones que se requieren para cerrar brechas identificadas en los ámbitos económico, ambiental y social. A esta iniciativa se han sumado otras como Sistema B, Global Reporting Initiative, Economía Circular, Economía Social, Economía del Bien Común entre otros, los mismos que iremos compartiendo sus conceptos, aplicación y ventajas en próximas ediciones.  

En Ecuador muchas empresas han implementado estas tendencias con resultados favorables que son comunicados utilizando estos parámetros que permiten sean comparados con sus similares a nivel mundial. Si bien cada empresa es un mundo a considerar por su tamaño, la industria en que se maneja, su mercado, sus finanzas entre otras caracterísiticas, vemos que el liderazgo y la comunicación fueron su tabla de salvación. 

Tenemos ejemplos verificables de que las empresas que se involucran en sostenibilidad son justamente las que han logrado sobrevivir a los riesgos vividos en octubre y sobretodo ahora a los riesgos relacionados con la actual pandemia. Podemos asegurar que las empresas que tienen definido su propósito, que cuentan con gobierno corporativo estructurado y priorizan su planificación, que si bien no era factible incluir estos hechos en su análisis, si estaban preparadas para tomar decisiones y acciones y comunicar correctamente interna y externamente, son aquellas que pudieron adaptarse y encontrar la manera de sostenerse y permanecer a pesar de las circunstancias.

Empresas que generaron un clima de trabajo con sus aliados que les permitió realizar negociaciones, encontrar nuestras oportunidades y responder a las necesidades que se van presentando en el camino. Empresas que han priorizado a las personas que hacen parte de la empresas, accionistas, empleados, clientes, proveedores, competencia, autoridades y han llegado a acuerdos a largo plazo asegurando su permanencia en el mercado. Han sido empáticos bajo estas condiciones y eso les asegurará la lealtad que de sus aliados  requieren para sortear las dificultades y construir su sostenibilidad bajo la nueva realidad.

Reconocer quienes somos, qué hacemos, con quién y como nos relacionamos,  nos permite actuar sobre aquello que tenemos control y afrontar aquello que sale de nuestras manos. El modelo de negocios de las empresas va a ser radicalmente condicionado por estas nuevas circunstancias. En este nuevo escenario, por lo expuesto, consideramos que la sostenibilidad permite a la empresas con liderazgo crear oportunidades en momentos de crisis y en este espacio estaremos compartiendo las buenas prácticas y sus resultados para contribuir al cambio positivo en la sociedad.

Por: Lilyán Yépez Alvarez, Experta en Modelos de Sostenibilidad, Representante Economía del Bien Común Capítulo Ecuador, Representante de iLAB Ecuador y Miami y CEO de Soy Responsable.